VUELTA AL CURSO…

Hay tres momentos en el año en los que espiritualmente nos reiniciamos.

➡ El comienzo del año, naturalmente.

Probablemente en verano has estado re-evaluando cómo vas en el cumplimiento de las buenas acciones que te propusiste al finalizar 2022: vayas bien o mal, valora los hitos que seguro has logrado aunque no hayas cumplido del todo. Los subproductos son importantes, y muchas veces, al diseñar objetivos, no evaluamos algunas Ps: procesos, plazos, personas, programación, propósitos, penurias, partners, presión… Lo mejor es tener un método fiable para fijar objetivos alcanzables. De modo que, si vas a juzgarte, sé benévolo, que aún te queda tiempo.

➡ El comienzo de la primavera.

Pues claro. Todo se renueva, la naturaleza se desborda y es imposible no sentir un soplo de vitalidad. Incluso si se sufre de astenia primaveral, parece que algo nos impulsa a mejorar, a “retoñar”. Suele ser un buen momento para evaluar cumplimientos y para formarse: la perspectiva, no tan lejana, del descanso estival es también un acicate y parece que tenemos más energía.

➡ El comienzo del curso.

La vuelta al cole, es decir, ahora, es el momento de purgarse. Por un lado, los excesos del verano y por otro, la sensación de aceleración (mañana, como quien dice, es Navidad) hacen que cierta ansiedad nos pueda abrumar. Es el momento de los planes estratégicos, de las reuniones de retiro, de evaluar el medio plazo, pero también de preguntados sobre el cumplimiento en ventas, resultados, clima, etc. El objetivo es priorizar y elegir bien. Y sí, apúntate al gimnasio.

Que a lo mejor esta vez te enganchas…

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